El día comenzó con una despedida a las llanuras de la Maragatería. En el horizonte observamos unas montañas todas nevadas.

- ¿No tendremos que pasar por ahí? – preguntaba Néstor.
- Creo que sí! –afirmaba Pablo vacilón.
Por los picos nevados no tuvimos que pasar, pero le anduvo cerca.
El terreno empezó a variar de pendiente una vez franqueado el pueblo de Rabanal del Camino. Y si la pendiente era poco, se sumó un terreno.
En cinco o seis quilómetros pasamos de los 900 metros a 1500, por caminos semicongelados entre arboledas y monte bajo llegamos a la cumbre. La cruz de hierro nos da la bienvenida.
Proseguimos nuestro camino, y tras un falso llano afrontamos el ascenso final, franqueadas las antenas que marcan el punto más alto comienza el largo descenso. El sol enfrente y las montañas nevadas a los lados, un bonito paisaje.
- ¿No tendremos que pasar por ahí? – preguntaba Néstor.
- Creo que sí! –afirmaba Pablo vacilón.
Por los picos nevados no tuvimos que pasar, pero le anduvo cerca.
El terreno empezó a variar de pendiente una vez franqueado el pueblo de Rabanal del Camino. Y si la pendiente era poco, se sumó un terreno.
En cinco o seis quilómetros pasamos de los 900 metros a 1500, por caminos semicongelados entre arboledas y monte bajo llegamos a la cumbre. La cruz de hierro nos da la bienvenida.
Proseguimos nuestro camino, y tras un falso llano afrontamos el ascenso final, franqueadas las antenas que marcan el punto más alto comienza el largo descenso. El sol enfrente y las montañas nevadas a los lados, un bonito paisaje.
Muchos ánimos! ya falta menos para entrar en tierras gallegas y será como si ya estuvieseis en casa!
ResponderEliminar!venga chicos! que por aquí hace un sol estupendo
ResponderEliminarMuy buen trabajo, seguid así que aunque os cueste valdrá la pena ¡Buen camino!
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